Los griegos, los árabes, los romanos y los españoles han dejado su huella en la cocina siciliana. 

Las frutas y los vegetales, que crecen en abundancia en clima favorable, son procesados con imaginación en platos magníficos. La heroína del libro, Rosa, crece en una familia tradicional siciliana con muchos hermanos. Su pasión por cocinar es evidente incluso desde niña, ya que su residencia favorita es la gran cocina de la estancia. Además de la comida, la mafia juega un rol importante en este libro y en la tradición.  No se sacrifican solamente cerdos, terneros y pollos. También suceden asesinatos de honor. Aquí no se revela más de esta historia. A medida que Rosa va creciendo, su arte culinario se convierte en un frenesí por cocinar, ya que procesa todo lo que tenga disponible y para algunos es un gran placer espiarla mientras trabaja. Nos sentimos transportados a la larga cocina de campo con una estufa de ladrillo y una larga mesa de roble, en donde rosa amasa la pasta y el pan con la fuerza de sus brazos y el sudor de su frente. Rosa cocina para un pequeño ejército, procesa montañas de frutas y vegetales, prepara jamón y salchichas en ollas de cobre para su familia y los trabajadores agrarios que vienen cansados de los campos y se reúnen en torno a la mesa lustrada. 

Sentimos el aroma del pan fresco, el pescado cocido, los pâtés de hígado de pollo, así que cuando lo leemos, se nos hace agua la boca. Deliciosas salsas para pasta que hierven durante horas, junto con las delicadas tortas de limón y ricota y los dulces de almendras. Y por último, pero no menos importante, el amor ardiente hace este libro jugoso y apasionado.